Sunday 6 November 2016

La Estación de los Aguacates



Escrito por Lindsay de Feliz, traducido por Ambiorix Paulino

Llevo más de un mes sin escribir una entrada en el blog y por eso tal vez merezca un golpesito en la mano. La única escusa que tengo es que sigo bien ocupada con mi trabajo pero pronto todo se tranquilizara.

Es el tiempo de los aguacates, nuestros arboles aun no producen pero somos dichosos porque a nuestros vecinos si les están saliendo – miren este barbaraso.




Nos comemos por lo menos dos aguacates todos los días y ahora soy una experta porque se diferenciar cuales son criollos – o sea los que son dominicanos y los injertos. Estos últimos tienen una textura y un sabor diferente y nosotros preferimos los primeros. Por eso cada vez que nos comemos un hermoso aguacate criollo nos quedamos con la semilla para sembrarla.

No deje que Danilo sembrara la semilla de este monstruo de aguacate en el jardín de una vez para ponerlo a crecer en agua, algo que según el es una caballa y tampoco funcionara. Todos los días íbamos a la cocina a ver que había sucedido con la semilla. Aquí esta luego de tres semanas. Hombre de poca fe.


También me antojaba un encurtido pero ya que no se cuales son los ingredientes que necesito, en su lugar hice una conserva agridulce de tomates verdes.


Era riquísimo y hasta a mi amiga americana Tracey, quien nunca había oído del agridulce, dijo que era delicioso – creo que los americanos le llaman relish.

Canguru sigue creciendo y ahora solo vive para escaparse. Ella y su mama – Grita Mucho – se salen corriendo cuando encuentran la oportunidad sin importar el sin numero de veces que les tapamos los hoyos a la carca. Ellas se van y duran varias horas al igual que sus antecesores Panda y Pandora quienes llegaron a un final horroroso. Ahora estamos ahorrando para construir una pared alta de seis pies en todo el frente del jardín, algo que costara decenas de miles de pesos, por lo cual se llevara tiempo. ¡No podemos construir una pared por detrás porque son muchas hectáreas! Ella va cambiando de color, su pancita es marrón y blanca y su espalda se le esta poniendo negra.


La rata todavía sigue con nosotros. Lo oímos comiendo de noche así que en vez de irme a la cama con un peluchito y un pote de agua caliente nos acostamos con misiles – botas para el lodo Wellington (¿Le dirían así en Norteamérica?), ¡Y libros! Si nos levantamos en la noche y lo oímos masticando le tiramos un misil y el se va. No es una solución permanente – pero es una solución dominicana. Danilo se esta cansando de despertarse con el ruido de sus mordiscos así es que pienso que por ahí vendrán las trampas de camino.

Nos han llegado dos visitas, Tracy y Mario quien ya tiene su visa para los EEUU y viaja mañana y una señora americana con una pareja dominicana por unos días. Ella me trajo un teclado inalámbrico que cabe perfectamente encima de mi ordenador portátil así es que todos los sistemas están listos para arrancar de nuevo. Es mejor que tener que punchar el teclado dominicano ruidoso encima de mis piernas.

La noticia mas excitante es que tengo un amiga canadiense que viene de visita a puerto plata así es que voy a ir a mis cuatro días de vacaciones anuales a Sosúa.  Miren este espacio para que lean mi reporte sobre Sosúa y el lugar donde voy a hospedarme, apartamentos Casa de Compai. Una señora rusa me va a cortar el pelo, me encontrare con unos amigos del internet y también estaré en Tubagua Eco Lodge. Nunca me he pasado mas de unas horas en Sosúa así es que estoy bien emocionada porque tengo muchas ganas de vivir esa experiencia.
¡Cuánto anhelo el descanso!