Escrito por Lindsay de Feliz, traducido por Ambiorix Paulino
Llevo más de un mes sin escribir una
entrada en el blog y por eso tal vez merezca un golpesito en la mano. La única escusa que tengo es
que sigo bien ocupada con mi trabajo pero pronto todo se tranquilizara.
Es el tiempo de los aguacates, nuestros arboles
aun no producen pero somos dichosos porque a nuestros vecinos si les están
saliendo – miren este barbaraso.
Nos comemos por lo menos dos aguacates
todos los días y ahora soy una experta porque se diferenciar cuales son
criollos – o sea los que son dominicanos y los injertos. Estos últimos tienen
una textura y un sabor diferente y nosotros preferimos los primeros. Por eso
cada vez que nos comemos un hermoso aguacate criollo nos
quedamos con la semilla para sembrarla.
No deje que Danilo sembrara la semilla de
este monstruo de aguacate en el jardín de una vez para ponerlo a crecer en
agua, algo que según el es una caballa y tampoco funcionara. Todos los días
íbamos a la cocina a ver que había sucedido con la semilla. Aquí esta luego de
tres semanas. Hombre de poca fe.
También me antojaba un encurtido pero ya
que no se cuales son los ingredientes que necesito, en su lugar hice una
conserva agridulce de tomates verdes.
Era riquísimo y hasta a mi amiga americana
Tracey, quien nunca había oído del agridulce, dijo que era delicioso – creo que
los americanos le llaman relish.
Canguru sigue creciendo y ahora solo vive
para escaparse. Ella y su mama – Grita Mucho – se salen corriendo cuando
encuentran la oportunidad sin importar el sin numero de veces que les tapamos
los hoyos a la carca. Ellas se van y duran varias horas al igual que sus
antecesores Panda y Pandora quienes llegaron a un final horroroso. Ahora
estamos ahorrando para construir una pared alta de seis pies en todo el frente
del jardín, algo que costara decenas de miles de pesos, por lo cual se llevara
tiempo. ¡No podemos construir una pared por detrás porque son muchas hectáreas!
Ella va cambiando de color, su pancita es marrón y blanca y su espalda se le
esta poniendo negra.
La rata todavía sigue con nosotros. Lo
oímos comiendo de noche así que en vez de irme a la cama con un peluchito y un
pote de agua caliente nos acostamos con misiles – botas para el lodo Wellington
(¿Le dirían así en Norteamérica?), ¡Y libros! Si nos levantamos en la noche y lo
oímos masticando le tiramos un misil y el se va. No es una solución permanente
– pero es una solución dominicana. Danilo se esta cansando de despertarse con
el ruido de sus mordiscos así es que pienso que por ahí vendrán las trampas de
camino.
Nos han llegado dos visitas, Tracy y Mario
quien ya tiene su visa para los EEUU y viaja mañana y una señora americana con
una pareja dominicana por unos días. Ella me trajo un teclado inalámbrico que
cabe perfectamente encima de mi ordenador portátil así es que todos los
sistemas están listos para arrancar de nuevo. Es mejor que tener que punchar el
teclado dominicano ruidoso encima de mis piernas.
La noticia mas excitante es que tengo un
amiga canadiense que viene de visita a puerto plata así es que voy a ir a mis
cuatro días de vacaciones anuales a Sosúa. Miren este espacio para que lean mi reporte
sobre Sosúa y el lugar donde voy a hospedarme, apartamentos Casa de Compai. Una
señora rusa me va a cortar el pelo, me encontrare con unos amigos del internet
y también estaré en Tubagua Eco Lodge. Nunca me he pasado mas de unas horas en Sosúa
así es que estoy bien emocionada porque tengo muchas ganas de vivir esa
experiencia.
¡Cuánto anhelo el descanso!
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